Dos o tres días de entrenamiento a la semana. Plantillas de 20 jugadores de media. Equipo juvenil abasteciendo al senior. Entrenador titulado. Menos calvas en las áreas. El fútbol regional progresa.
La media de edad baja, los entrenamientos aumentan, la calidad también o al menos la tecnificación en los planteamientos. Seguirá habiendo ausencias en los entrenamientos, veteranos, jetas y joyas venidas a menos o simplemente acomodadas, entrenadores con nulos conocimientos sobre lo que llevan entre manos y directivos caciquiles, pero la realidad es la que es: el "fútbol regional" altoaragonés mejora día a día, por más que algunos se empeñen en aquello de "cuando jugaba yo". Algunos esgrimen la teórica disminución de la calidad de los jugadores debido al ascenso de muchos a categorías superiores (la crisis) o la falta de interés de los deportistas. ¿Pero cómo? ¡Si el fútbol base mejora, el número de practicantes aumenta y la calidad en la preparación se ha disparado respecto a tan sólo hace un década! La realidad es terca por más que la memoria nos quiera engañar (para regocijo propio y no otra cosa). Para muestra un botón: el número de campos de tierra se ha reducido a testimonial. Por no hablar de la mejora en los materiales y de la mayor capacidad intelectual y física en los participantes como en la sociedad en general.
Acercarse una tarde de domingo a un campo de nuestra regional desde luego no garantiza un espectáculo de altura, pero tampoco lo hace un Almería-Sporting ni la última película de Almodóvar. Deporte en estado puro, carreras, golpes, ocasiones, goles y... "albitroó, qu´ha sío fuera de juego clarísmo, clariiiiiísmooo!!! Te'n doy un estacazo!". Ya ven, hay cosas que no cambian.
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